A los ojos de un niño, cualquier objeto puede convertirse en juguete. Pero no todos los objetos son adecuados para jugar, algunos pueden resultar incluso peligrosos. Con esto no queremos sentenciar aquí que existan objetos o materiales que no puedan ser reconocidos como materiales lúdicos. Los niños deben de disponer de alternativas creativas que les permitan desarrollar su creatividad en todo momento.
Lo que sí es importante, es conocer la normativa que iguala a todos los usuarios ante los posibles riesgos que pueden derivar del mal uso de un juguete o de cualquiera de sus componentes.
Hoy vamos a hablar de esta normativa y dejaremos claro qué es un juguete y qué no lo es.
Un juguete, es todo aquel producto diseñado para ser utilizado con fines de juego para niños menores de catorce años. Existen productos que no son reconocidos por ley como juguetes pero que sí se ponen a disposición del niño con fines lúdicos, algunos ejemplos son:
– Artículos creados sin fin lúdico pero que se utilizan como tal. Aquí podrían encontrarse las muñecas decorativas o por ejemplo, el material deportivo.
– Artículos eléctricos o electrónicos alimentados por una corriente superior a 24 voltios. Uno de los nichos del mercado actualmente más interesantes. Aquí estarían las consolas y los ordenadores. Productos que siguen un riguroso procedimiento en el caso de exportarlos fuera del país, como por ejemplo a Marruecos. Echa un vistazo a la normativa existente en cuanto a su exportación a marruecos.
– Artículos diseñados para el ocio y el juego de personas mayores de 14 años. ¿Quién dijo que un adulto no podía jugar con juguetes? Aquí estarían los puzzles de cierta complejidad, las pistolas de aire comprimido, juegos de dardos con puntas metálicas… etc. Estos objetos sin ser expresamente juguetes pueden despertar el interés de los menores.
– Juguetes inventados o autoconstruidos. Realmente no son juguetes si nos fijamos en la normativa pero sirven como tal. Aquí estarían casas de muñecas improvisadas con cajas, walkie-talkies con envases de yogures y un montón más que todos hemos fabricado alguna vez.
Ahora hablaremos de los que no son juguetes según la normativa:
- Objetos decorativos para fiestas o celebraciones.
- Productos de colección.
- Equipos deportivos y en concreto, hablamos de patines en rueda o en línea, o monopatines destinados a personas con masa corporal superior a 20 kg.
- Bicicletas con un sillín superior a 435 mm.
- Patinetes y otros medios destinados a circular por la vía pública.
- Vehículos eléctricos destinados a circular por la vía pública.
- Equipo acuático destinado a inmersión en aguas profundas o accesorios para enseñar a nadar a los más pequeños, tales como flotadores de cualquier tipo.
- Puzzles de más de 500 piezas.
- Armas y en concreto pistolas de aire comprimido. La excepción aquí serían las pistolas o armas de agua.
- Fuegos artificiales.
- Productos educativos como hornos eléctricos, planchas u otros que utilicen más de 24 voltios.
- Productos con fines pedagógicos, tales como equipo científico o similar y cuyo uso debe ser bajo la supervisión de un adulto.
- Equipo eléctrico que no esté destinado específicamente al uso de niños.
- Los chupetes para bebés.
- Las lámparas diseñadas específicamente para niños.
- Los transformadores eléctricos para niños.
- Cualquier accesorio de moda que no esté específicamente diseñado como juguete para niños.
Dentro de esta lista caben un sinfín de opciones que aumenta cada día. Lo cierto es que la normativa que regula los juguetes cada vez encuentra más trabas para determinar qué puede y qué no considerarse un juguete.
Existen incluso juguetes que aún siendo considerados como tal, no están regulados según la normativa vigente. Como por ejemplo, los motores de vapor de trenes, las hondas, los tirachinas…etc.